Sicilia RPG ■ Normal

Sicilia rpg

Se podían escuchar los pasos acompasados que se dirigían a la pequeña habitación a través del estrecho pasillo, la misma era solo alumbrada por una bombilla en un amarillo enfermo que se balanceaba de un lado a otro logrando un sonido molesto, este hacia competencia con la respiración del hombre que se encontraba en la habitación, silencio que era suficiente tortura para una persona, silencio que no presagiaba nada bueno. Los pasos cesaron justo detrás de la puerta, el hombre en la silla se removió inquieto intentando luchar contra los amarres que lo sostenían del techo por una alcayata o armella, él no podía estar seguro que era solo que algo lo sostenía de punta de pies con los brazos extendidos hacia arriba. La puerta hizo un chirrido y los pasos se escucharon ahora dentro de la habitación, el hombre amarrado sintió su corazón latir con demasiada fuerza y el correr de su sangre retumbaba en sus oídos.

Los pasos cesaron y luego otros pasos más seguros se escucharon entrando por la puerta que se encontraba a su espalda. El podía oler el aroma a tabaco, de esos que tienen una esencia fuerte y te deja con un dolor de cabeza si no eres amante de esos vicios. Los murmullos empezaron y alguien arranco la venda que tenia sobre sus ojos, la luz lo cegó por unos instantes por lo que abrió y cerró los ojos acostumbrándose con rapidez a la luz y observo a las personas presentes, un hombre de unos 60 años estaba en el sitio, él era el cabecilla del grupos, el que mandaba, el que daba las órdenes, junto a él un hombre más joven con su mirada clavada en él. Entonces todo ocurrió muy rápido, tuvo miedo y abrió la boca para decir algo cuando sintió un dolor agudo en uno de sus costados, había sido apuñaleado, la sangre se escurría por su cuerpo hacia sus pantalones y luego hacia el suelo con una lentitud sorprendente, su visión se volvió borrosa y supo cuál era sus destino final, conocía la conclusión de todo lo que ocurría.

—Este es el castigo por intentar destruirme… Figlio di Puttana Policia— la voz del hombre mayor sonó a desprecio y odio, él como policía solo lo miro a los ojos y le sonrió con dificultad pero con un egocentrismo marcado en su mirada azul cobalto.

—Lo logre, viejo, no importa lo que digas o hagas. Yo lo logre. Pero ten cuidado aun no he terminado mi trabajo— la voz del policía sonó fuerte, aun cuando sabía que su hora poco a poco estaba llegando. Él sabía los precios a pagar por su trabajo y este era uno de ellos, en su mente solo recordaba a su pequeña niña y su esposa, desprotegidas en este mundo cruel. Otro puñalada en su costado hizo que se quejara, no abrió la boca pero el quejido fue suficiente para complacer a los otros. Sus brazos alzados evitaban la correcta circulación de sangre, iba a morir estaba seguro, era el único destino para él, pero la bombilla parpadeo dos veces y una sonrisa se plantó en su rostro, y la luz se apago.

Un disparo alerto a los que se encontraban en la sala, todo fue caos desde ese mismo instante, policías irrumpieron en la mansión y todo se convirtió en pocos minutos en terreno de guerra. Golpes, gritos.

Sangre.
Más sangre.
Silencio.

Luego de unos pocos minutos el silencio volvió a tomar la habitación, no se escuchaba nada, era de esos silencios que atrapaban almas y carcomían cuerpos con vida. No llegaron a tiempo para salvar de la muerte al hombre encerrado, ni para capturar al viejo que había escapado solo hace unos segundos. Toda la operación había sido un fracaso a los ojos de los otros, pero tenían rostros, balas, armas, aun podían identificar a varios sospechosos. Las quejas empezaron pero el jefe de policías vio al hombre ensangrentado aun con su cuerpo guindado de los brazos, aun cuando había otros en el lugar este el que logro una punzada en el corazón del hombre.
—Llamen a su familia— y con esa frase empezó todo.




Ha pasado un tiempo… Mucho tiempo desde aquel encuentro, las cosas no han mejorado para los policías, muchas son las vidas que se pierden de manera diaria por la mafia de la pequeña isla italiana, no solo por las peleas entre la ley y este grupo de personas que dominan la isla, todo es debido a una guerra entre 5 familias que intentan la isla totalmente, lo que entra y sale ya sean personas o dineros deben pasar delante de ellos primero. Aquí comienza su sed de poder, ambición y destrucción.

Sicilia es una isla italiana, llena de mentes criminales, mafia y dueños de vidas nocturnas se enfrenta a la posible guerra entre cinco familias, guerra que no solo ha sido provocada por los agentes policiales y sus homónimos, sino que el deseo de venganza y de destruir la mala hierba del lugar, el volver a colocarla como uno de los lugares más hermosos que no provoquen miedo en los turistas al caer la noche, ha hecho mella en todos los escalafones de la escala social en Sicilia, las familias quieren lo mejor para su provincia pero al mismo tiempo quieren lo peor para las otras, o ¿Solo quieren destruirlas y dominarlas?

La oscura noche trae consigo todo lo que la gente quiere y desea es ahí cuando encontramos a los camellos repartiendo su mercancía, a las odaliscas trabajando en cada esquina o bailando en el regazo de algún empresario, mientras que otras más inteligentes formando alianzas y creando empresas o destruyendo las que existen por beneficio propio, los jóvenes hijos de las familias creando rencillas entre sus familias por problemas juveniles. Aunque algunos usan la oscuridad para ocultar sus amistades, sus vicios y deseos, aquellos que no debe a la luz del día, y no solo ellos los habitantes de Sicilia dejan que sus negocios sean la tapadera de algo más, algo que no es bueno pero ¿Qué es un poco de eso cuando tienes protección?

Infiltrados. El problema más grave que enfrenta la mafia en estos momentos, gente que se hace pasar por otra y crea toda una vida, nadie puede dudar de ellos, nadie nunca duda de ellos, son tan creíbles tan… normales que todos piensan que son así, que ellos son leales. Aunque siempre existe la excepción, aquel que se cree demasiado el papel que interpreta y terminar dejando su vida anterior, deja su moral y lo que juro siempre proteger por una vida de riesgos y sangre.

El dinero es la principal fuente de guerra, las ansias de más ganancias aun cuando su cuenta posee muchos ceros, son los negocios que han sido dañados solo para obtener otro un trato mejor. Esto y más es lo que lleva a estas familias a pelear, a buscar ganar más territorio, a destruir y ambicionar el espacio del otro, a dañar inocentes por el bien de su apellidos, es el territorio lo que ha causado muertes, desaparecidos. Son las fiestas llenas de lujos en donde los negocios pueden hacerse, las reuniones clandestinas hechas a mitad de la noche y en los lugares menos sospechados que tienen como propósito solo ser una tapadera para sus negocios.

Intérnate en Sicilia y vive la vida bien… o todo lo bien que puedas, recuerda que aquello que diga o haga será juzgado, ten cuidado porque aquella mujer entre tus sabanas puede ser una policía, cuídate de tu vecino quizás el tiene negocios ilegales en su sótano. Sigue viviendo, sigue soñando, sigue siendo un Siciliano de sangre y corazón.

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